No se debe visualizar a las diez vírgenes sentándose por la orilla del camino, esperando la llegada del novio. Éstas, más bien, estarían junto a la novia, preparándola para la llegada del novio. Ellas tenían que estar preparadas con sus lámparas para acompañar a los novios al hogar de los padres del novio en donde se llevaría a cabo la ceremonia de matrimonio. Es interesante, no obstante, que la novia no es la figura central en la parábola. Son las diez vírgenes, juntamente con el novio, los que
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